Nuevos Comienzos

En nuestra vida estamos obligados a experimentar las diferentes etapas de la vida, “desde la cuna hasta la tumba.” Lo aceptamos o no, siempre hay un fin para todo. La buena noticia es que “los finales suelen ser señal de un nuevo comienzo.”

En agosto 2019, Daryl y yo (tres miembros fundadores del equipo de LIFETEEN) tuvimos una junta para finalizar nuestra primera Noche/Vida (LifeNight) después de las vacaciones de verano. LIFETEEN es el ministerio de jóvenes en Ballymum organizado por el Padre Columbano Earmon Sheridan con la ayuda de un equipo central incluyendo a tres Hermanas del Niño Jesús, tres personas laicas de la localidad, y Aideen, Daryl y yo (misioneros laicos Columbanos).

En la junta, los tres estábamos entusiasmados por nuestros planes para el próximo año. Desafortunadamente, unas malas noticias cambiaron todo. Los padres de la parroquia habían decidido que LIFETEEN llegara a su fin. Aideen, nuestro coordinador, nos comunicó esta noticia a la hora que menos lo esperábamos. Después de todos los preparativos para asegurar que LIFETEEN siguiera funcionando, repentinamente tendría que detenerse. Fue como recibir una noticia de muerte. Incredulidad e indignación fueron las reacciones dominantes al escuchar la noticia. ¿Cómo podría alguien detener a un grupo como LIFETEEN que ofrece a los jóvenes un espacio para ser ellos mismos con sus compañeros y crecer en su jornada de fe? No sé cómo se sentirían los demás, pero una cosa era segura, ¡yo estaba molesta! Estaba mucho más molesta sabiendo que Aideen estaba muy dolido y decepcionado.

No tenía sentido que los sacerdotes de la parroquia tomaran la decisión de terminar LIFETEEN, pero ¡Dios no permitió que nuestros espíritus fueran sofocados! ¡De seguro Dios tenía un plan!

Un mes más tarde, la diócesis de Dublín empezó a anunciar un programa llamado TEENHOPE (ESPERANZATEEN), una nueva iniciativa diocesana para los jóvenes en todas las parroquias. Los involucrados en el ministerio de jóvenes fueron invitados a unirse al programa piloto de capacitación TEENHOPE en sus parroquias. Aideen y yo fuimos los primeros en dar el salto por nuestros jóvenes y fuimos a la formación.

Tal vez este era el plan de Dios todo el tiempo. Como dice el Evangelio, a menos que el grano de trigo caiga al suelo, seguirá siendo un grano de trigo. Si cae y muere, dará mucho fruto. Tengo la esperanza de que si LIFETEEN terminó, el programa TEENHOPE traerá un nuevo comienzo para nuestros jóvenes.

Cuando terminé mi curso sabático, estaba lista para regresar a mi ministerio. A pesar de que no estaba esperando que me pidieran continuar con mi trabajo en la promoción misional, cuando me llegó mi nuevo nombramiento, tuve una sensación de pérdida y me di cuenta de encontrarme frente a un nuevo comienzo, una nueva fase en la vida. Había estado en promoción misional por más de diez años en Irlanda, y había llegado a amar mi ministerio y compromiso a lo largo de los años.

Recuerdo vivamente como me sacaron de mi ministerio pastoral en la parroquia Navan. Esta feliz y encantada de practicar mi profesión como maestra de religión y catequista preparando niños para la comunión y Confirmación en siete escuelas primarias. Luego vino el cambio. Nuestro director regional me pidió que ayudara en el equipo de promoción misional. Me sentí honrada de que me lo pidiera, pero al mismo tiempo, estaba triste de dejar mi parroquia y mi ministerio. Triste o no, necesitaba ir a donde me pidieron que fuera.

Y así empezó mi relación amorosa con la promoción misional, un ministerio que llegué a entender como un aspecto importante de la misión Columbana ya que es una vía para invitar a las comunidades de la iglesia local de participar en la misión de Cristo a través de los misioneros Columbanos. Por más de una década, estuve en la carretera, visitando parroquias y escuelas y hablando durante la misa. Se convirtió mi vida en misión, pero una vez más, mi misión llegó a su fin.

Mi nueva misión es trabajar en el Centro Columbano de Dublín con las Hermanas Columbanas Mónica y Lucía y sus compañeros de trabajo Miguel y Clara. Este trabajo es un nuevo comienzo y un compromiso renovado como misionera Columbana después de mi sabático. A medida que mi nueva misión se desarrolle, abriré mi corazón a esta nueva fase de mi vida y aceptaré lo que esta jornada pueda traer.

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