Dios Parece Estar Callado

Por meses, mi familia ha sido fiel rezando el rosario como lo pidió el Papa Francisco después de que la Organización Mundial de la Salud declaró la pandemia del COVID 19. Desde marzo rezamos el rosario como familia y lo ofrecemos por todo el mundo especialmente por las muchas personas que han sido infectadas y afectadas por el virus. Estoy de regreso en Irlanda y continuamos rezando el rosario como familia. Gracias a los medios sociales todavía me es posible unirme a ellos en línea todos los días.

Sin embargo, recientemente, de repente pensé que Dios parece estar muy callado. Todos los días traemos nuestra petición de sanación para todo el mundo, para que termine esta pandemia y de algún día volvamos a la vida normal. Encomendamos todo a Dios. Nuestra fe nos enseña a creer que “con Dios nada es imposible.” - Lucas 1, 3-7

Pero ¿por qué entonces Dios parece estar en silencio? La pandemia todavía impone un cierto miedo dentro de las personas y una sensación de ansiedad debido a la incertidumbre de lo que está por venir.

Entonces me di cuenta de que Dios siempre nos habla y más que nunca durante esta pandemia. Recordé lo que Jesús dijo a sus discípulos: "Si tu fe fuera del tamaño de una semilla de mostaza, podrías decir a esta montaña' Muévete de aquí para allá', y se movería, nada sería imposible para ti". (Mateo 17, 22-27) Tal vez, en este tiempo de pandemia, se nos está dando la oportunidad de redescubrir nuestro verdadero yo en relación con Dios y con los demás.

El Dr. Gaven Kerr, profesor de Filosofía en el Maynooth College, Irlanda, afirma en su reflexión que "Dios permite a los seres humanos la dignidad de unirse y actuar de tal manera que podamos lidiar con esta crisis. Esto se manifiesta no sólo en nuestro regreso a Dios, sino también en volvernos hacia nuestro prójimo".

Estamos en aguas inexploradas; esta crisis es real, impredecible y también peligrosa. Pero en lugar de desesperarse, nos anima a buscar un "elemento de rescate". Friedrich Holderlin en su poema Patmos dice "Donde hay peligro, un elemento de rescate crece también."

Entonces, ¿cuáles son nuestros "elementos de rescate"? El Dr. Gonzales nos ofrece las siguientes reflexiones, que creo que son ciertas y se pueden practicar durante esta pandemia.

En primer lugar, tenemos que aceptar que todas las cosas no son negociables. Ser humano es vivir y aceptar verdades no negociables como... Moriré, los que amo también morirán, y así amar es en sí mismo el riesgo de nuestra frágil existencia humana.

En segundo lugar, pertenecer a una humanidad compartida es ser frágil, necesitado y no autosuficiente. Cuando me abro a los demás, cuando elijo amar, estoy permitiendo que tanto el sufrimiento como la compasión entren en mi vida.

Por último, como Jesús nos enseña, debemos volver a ser como niños pequeños. Aquí reside la esperanza, no en el poder de la independencia, sino en la debilidad de la codependencia, que es nuestra fuerza de sostenimiento.

El P. Sean McDonagh en su artículo publicado en la revista The Tablet el 27 de junio de 2020, cree que la pandemia de Covid-19 demuestra que no es cierto que lo que le hagamos al mundo natural no tendrá un impacto negativo en la salud y el bienestar humanos. O cambiamos drásticamente nuestras formas de relacionarnos con el mundo natural, o debemos prepararnos para la próxima pandemia.

Creemos que Dios es el gran sanador, la fuente de toda belleza y amor. Al unirnos en la fe, también estamos invitados a participar en la actividad de sanación de Dios en nuestro mundo de hoy. Esta elección está en nuestras manos.

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