Dar a los demás: Ayudar a otros a aprender a vivir con el VIH

Mi nombre es Victor y soy un psicólogo que trabaja con "Sí, da Vida", una organización que promueve la calidad de vida de las personas que viven con el VIH, así como la promoción de la prevención de la propagación del virus, en Lima, Perú. En 2008 yo tenía sólo 22 años de edad, estudiaba Psicología y estaba en mi segundo año, cuando me vino la gripe. Tenía fiebre, los ganglios inflamados, dolor de garganta, dolores musculares, fatiga y dolor de cabeza. Fui al médico y me recomendó que me haga la prueba para el VIH.

He recibido un diagnóstico positivo de VIH. Sinceramente, me dije a mí mismo, tengo que asumir la responsabilidad de mis actos, así que tomé el resultado con calma, cumpliendo las visitas de mis primeras comprobaciones de rutina para una persona que vive con el VIH. Sin embargo no más de dos semanas habían pasado cuando empecé a sentir los estragos de la vida con el virus, que ahora se, implica enfrentarse a una serie de mitos y estigmas que pueden consumir emocionalmente a la persona que vive con el VIH. Es decir, empecé a pasar por el proceso de aceptación, donde la tristeza, la culpa y el miedo empezaron a dominarme. Estaba devastado. Ahora digo "el proceso de aceptación", pero en ese momento los sentimientos eran abrumadores. ¿Qué dirán mis padres? ¿Qué dirán mis amigos? ¿Cómo llegué aquí? ¿Cómo seguir adelante? Yo no soy ni me fui nunca una persona promiscua. Sí, tuve un compañero, e incluso hablamos sobre el VIH y los riesgos de infección, pero nunca se me ocurrió que yo estaba en riesgo.

Yo fui a la clínica por ocho meses y un día me encontré con una consejera que, a su vez, trabajó como instructora en una organización llamada Sí, da Vida, que en ese momento yo sólo había oído hablar en conversaciones con amigos. Esta consejera me invitó a participar en un Programa de Automanejo del VIH, que duró siete semanas, a la que accedí a asistir a pesar de mi falta de motivación. Todavía recuerdo el primer día que fui - las manos húmedas, las miradas furtivas, ¿qué podría hacer si alguien me reconociese y me preguntase lo que estoy haciendo en el programa? Yo había decidido que diría que estaba allí debido a mis estudios, pero una vez que empecé en el proceso me di cuenta proceso estaba enfocado en uno mismo. Empecé a ver la importancia de cuidar de mi salud y de lo beneficioso que es para aprender a vivir con una enfermedad crónica como el VIH. Así que decidí retomar mis protocolos de tratamiento en un hospital cerca de mi casa.

Durante este programa he aprendido muchas habilidades y herramientas que me ayudaron a apreciar la importancia de conocer y aceptar que estoy viviendo con el VIH, así como las cosas que no estaba valorando y no le daba la debida importancia, especialmente en relación con mi salud como la dieta, el ejercicio, el descanso; básicamente volví a tomar el control de mi vida. Continué mis estudios trabajando más duro que nunca, ya que los aspectos más destacados del programa resaltan lo importante que es cumplir con las metas y los planes de vida.

Más tarde, consciente de la carrera que yo estaba estudiando, el Director de "Sí, da Vida" me invitó a llevar a cabo mi práctica de psicología pre-profesional con la organización, me entrenaron tanto como Instructor y Entrenador Principal del programa de automanejo que "Sí, da Vida" ofrece para mejorar la calidad de vida de las personas que viven con el VIH.

Hoy, he mejorado mucho mi salud como una persona que vive con el VIH, que se controla a través del tratamiento y de la capacidad que todos tenemos como seres humanos para ser los actores principales en el proceso de mejorar nuestra calidad de vida. También soy parte del equipo de "Sí, da Vida" que día a día promueve la prevención de la propagación del VIH y el automanejo para las personas que viven con el VIH, con su énfasis en la dignidad de la persona y la inclusión de todos, especialmente los que están al margen de la sociedad. En "Sí, da Vida" no hay discriminación, y los que pasan por sus puertas no son estigmatizados sino que obtienen la capacidad de tomar las riendas de su vida y mejorar su propio bienestar.

Yo estoy a cargo de la zona de resocialización en nuestra institución, la cual recibió un premio a la "Mejor Práctica en VIH 2011 - 2013" por el Ministerio Peruano de Salud y el Instituto Nacional para la Salud en el Día Mundial del SIDA el año pasado. Yo también he desarrollado y ofrecido seminarios sobre la prevención del VIH, sobre todo a los jóvenes que a menudo no saben que ellos también pueden estar en riesgo de infección por VIH. Ahora sé lo afortunado que fue tener amigos que me llevaron en la dirección correcta en un momento crítico en mi vida. Mi motivación es no dar la espalda a los demás, sino que con empatía y solidaridad, dar todo lo que he tenido el privilegio de aprender.

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