Sangre de Jesús, Embriágame

¡Sangre de Jesús, embriágame!
Oh, Jesús, mi Amado Salvador,
siempre presente en el Tabernáculo,
para ser la fortaleza,
el gozo y la comida de las almas,
vengo a consagrarme a Tu Preciosa Sangre,
y a prometerte mi sincero amor y fidelidad.

Traspasado de dolor por el recuerdo de Tus sufrimientos,
La contemplación de la Cruz,
y la idea de los ultrajes
y el desprecio prodigado por las almas desagradecidas
sobre Tu amada Sangre,
Anhelo, Oh mi Jesús, traer gozo a Tu Corazón,
y hacerte olvidar mis pecados,
y los de todo el mundo,
consagrando mi cuerpo y alma a Tu servicio.

Deseo, mi Jesús, vivir de ahora en adelante,
Solamente por Tu cuerpo y por Tu Sangre.
Ahora lo elijo como mi más grande tesoro
y el objeto más querido de mi amor.


Amén.