Oración de San Raimundo de Peñafort

¡Obispos, reyes, y pueblos de la tierra!
celebrad el glorioso nombre de Raimundo,
a quien la salvación del género humano era objeto de un cuidado amoroso.

Su vida pura y sin mancha reflejaba todas las maravillas de la vida mística;
y la luz de todas sus virtudes brillan en él.

Con admirable estudio e investigación,
recopilas los dispersos Decretos de los Soberanos Pontífices,
y todas las máximas sagradas de los Canon antiguos,
tan dignos de ser entregados a todas las generaciones.

Él manda al mar traicionero estar firme,
y en sus aguas traicioneras le transporta a tierra;
él extiende su manto, y su cayado el mástil,
le conduce sobre las olas.

Amén.