Oración a San Sebastián

Amado comandante de la corte del emperador romano,
escogiste también ser soldado de Cristo
y te atreviste a propagar la fe en el Rey de Reyes,
por lo que fuiste condenado a morir.

Tu cuerpo, sin embargo, demostró ser atléticamente fuerte
y las flechas ejecutoras extremadamente débiles.

Así que fue escogida otra manera de matarte
y diste tu vida por el Señor.

Que muchos atletas sean siempre fuertes en su fe
como su Santo Patrón tan claramente lo ha sido.

Amén.