Consagración de los Enfermos a María

Oh Madre amable y buena,
cuya propia alma fue traspasada por la espada del dolor,
míranos durante, nuestra enfermedad,
comparecemos a tu lado
en el Calvario donde cuelga tu Jesús.

Dotada con la alta gracia del sufrimiento,
y con la esperanza de realizar en nuestra propia carne
lo que se desea de nuestro compartir en la pasión de Cristo,
en favor de su Cuerpo Místico, la Iglesia,
nos consagramos a ti, al igual que nuestro dolor.
Te pedimos que los coloques
en el Altar de la Cruz en la que Cristo está clavado.
Que ellos sean las pequeñas víctimas de propiciación
por nuestra salvación, y por la salvación de todos.

Oh Madre de Dolores,
acepta esta consagración.
Fortalece nuestros corazones esperanzados,
que como partícipes de los sufrimientos de Cristo
podamos también compartir su consuelo ahora y para siempre.


Amén.