Ayúdanos, Oh Madre Dolorosa

Santa Madre, nos fuiste dada
en la hora de tu más grande dolor
para que seas consciente de nuestra debilidad
y de los males que nos acechan.

Sin tu ayuda, Oh Madre Dolorosa,
no podemos obtener la victoria
en esta lucha contra la carne y la sangre.

Por lo tanto, buscamos tu ayuda, Oh Reina de los Dolores,
Para que no caigamos presa de las artimañas del enemigo.

Somos huérfanos y necesitamos de la mano guía de nuestra Madre
en los peligros que amenazan con nuestra destrucción.

Tú, cuyo dolor fue ilimitado como el mar,
concédenos por la memoria de esos dolores
la fuerza para ser victoriosos.


Amén.