La harmonía de compartir

Si eres un lector habitual de Misión Columbana, estás acostumbrado a ver el rostro del Padre Tim Mulroy en esta página. Él es el nuevo líder internacional de la Sociedad Misionera de San Columbano y yo he sido nombrado como su sucesor. Soy el Padre Juan Burger, nacido y criado en Philadelphia, y es mi privilegio comunicarme con ustedes de parte de todos los Columbanos alrededor del mundo. Espero lleguen a verme como un amigo.

Aunque no recuerdo cada programa de televisión que vi cuando debería estar haciendo mis asignaciones de álgebra, hay un episodio del “Twilight Zone” que recuerdo claramente. Durante la media hora del programa, conocemos a un hombre que vivía tranquilamente y solo en su casa. No le prestaban mucha atención. De haberlo hecho, se darían cuenta que no envejecía. Generaciones fueron y vinieron, pero él era el mismo y no contaba su secreto a nadie.

El secreto era que él recolectaba y comía plantas que solo crecían en una parte específica del pueblo. Guardó su secreto y nadie más se benefició. Un día fue a hacer su cosecha. Pero al llegar a donde crecían, descubrió que habían demolido la pradera para hacer una nueva construcción. Al final del programa nos podemos imaginar su inquietud. Algo sobre esa historia me llamó la atención y se ha quedado en mi mente por todos estos años. ¿Será porque es otro intento fallido de ser inmortal?

Como ya tengo más de 
70 años, no creo que todavía este aquí dentro de 100 años más. Me pregunto si, como el hombre de la historia, ¿será nuestro egoísmo y miopía metafórica lo que nos destruye? O quizás todas las personas del 2119 se beneficiarán de los descubrimientos compartidos y el progreso. ¿Habremos aprendido a vivir en harmonía con la naturaleza y el uno con el otro? ¿Habremos encontrado equidad en como compartimos los bienes de la Tierra? Aunque el patrón de los pasados 100 años no sea causa para mucho optimismo, nuestra fe nos da la esperanza de que la providencia de Dios no nos abandonará. 

Como misioneros, creo que podemos decir que a los Columbanos nos gusta “querer y compartir.” Queremos que la gente sepa cuanto Dios los ama. Queremos compartir la buena nueva. Queremos que la gente se trate con respeto y compasión. Queremos a éste hermoso y hospitalario planeta y esperamos que en 100 años más logremos aprender a vivir en armonía con Dios, con otros y con nuestro ambiente.

¡Necesitamos hacer eso antes de que llegue la excavadora a demoler!

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