Domingo 1º de Adviento

Santos

Catalina Labouré, Rufo, Blanca de Castilla

Primera Lectura

Jeremías 33, 14-16
Suscitaré a David un vástago legítimo

"Miren que llegan días -oráculo del Señor- en que cumpliré la promesa que hice a la casa de Israel y a la casa de Judá.

En aquellos días y en aquella hora, suscitaré a David un vástago legítimo, que hará justicia y derecho en la tierra.

En aquellos días se salvará Judá, y en Jerusalén vivirán tranquilos, y la llamarán así: "Señor-nuestra-justicia"."

Salmo

Salmo responsorial: 24, 4bc-5ab. 8-9. 10 y 14

Señor, enséñame tus caminos, instrúyeme en tus sendas: haz que camine con lealtad; enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R.

El Señor es bueno y es recto, y enseña el camino a los pecadores; hace caminar a los humildes con rectitud, enseña su camino a los humildes. R.

Las sendas del Señor son misericordia y lealtad para los que guardan su alianza y sus mandatos. El Señor se confía con sus fieles y les da a conocer su alianza. R.

 

Segunda Lectura

1Tesalonicenses 3, 12-4, 2
Que el Señor los fortalezca internamente, para cuando Jesús vuelva

Hermanos: Que el Señor los colme y los haga rebosar de amor mutuo y de amor a todos, lo mismo que nosotros los amamos.

Y que así los fortalezca internamente, para que, cuando Jesús, nuestro Señor, vuelva acompañado de todos sus santos, se presenten santos e irreprensibles ante Dios, nuestro Padre.

En fin, hermanos, por Cristo Jesús les rogamos y exhortamos: han aprendido de nosotros cómo proceder para agradar a Dios; pues procedan así y sigan adelante.

Ya conocen las instrucciones que les dimos, en nombre del Señor Jesús.

Evangelio

Lucas 21, 25-28. 34-36

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, enloquecidas por el estruendo del mar y el oleaje. Los hombres quedarán sin aliento por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues los astros se tambalearán.

Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y majestad.

Cuando empiece a suceder esto, levántense, alzad la cabeza: se acerca su liberación.

Tengan cuidado: no se les embote la mente con el vicio, la bebida y los agobios de la vida, y se les eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra.

Estén siempre despiertos, pidiendo fuerza para escapar de todo lo que está por venir y manteneros en pie ante el Hijo del hombre."

 

Tiempo Liturgico