Permanecer Despierto

A mi amigo Joe le gusta presumir de su éxito como esposo y padre de cuatro hijos. "Ninguno de ellos nos dio ningún problema" declara con orgullo. "Los bebés nunca nos mantuvieron despiertos en la noche", explica con una satisfacción solemne. Su esposa Elena me mira, arquea la ceja, y luego se dirige a Joe, "¿Y cómo habrías sabido si estaban despiertos o dormidos? ¿Cuándo fue la última vez que te despertó una tormenta eléctrica?" La respuesta de Joe a ella es un silencio avergonzado: él sabe en su corazón que ella ha pasado muchas noches sin dormir por la preocupación por sus hijos. Sabiendo que ella estaba disponible y atenta a las necesidades de los bebés, le permitió a él dormir a pierna suelta.

Comúnmente se cree que la madre de un bebé recién nacido despierta instintivamente a su más mínimo movimiento o expresión de angustia. Es como si, con el parto, se le da un sexto sentido que la hace profundamente sensible a las necesidades de su hijo recién nacido. Hay muchos maridos, como Joe, que se sorprenden por la mañana al enterarse de que sus mujeres han pasado despiertas la mitad de la noche, calmando una erupción o aliviando el dolor de dientes que le empiezan a salir a su querido pequeño.

Adviento me recuerda a padres como Joe y Elena, sobre todo cuando escucho la súplica a Jesús: “Permanezcan despiertos". ¿Qué significa esto? Y, ¿por qué es Jesús tan insistente al respecto? Con los años, he llegado poco a poco a entender que Dios nos llama a cada uno de nosotros cada día y en cada lugar, pero tan a menudo estamos tan soñolientos o con sueño que no lo escuchamos. Al igual que un bebé recién nacido, Dios nos llama con frecuencia, no con palabras, sino con una variedad de sonidos y acciones; no sólo en la iglesia, sino también en nuestro mundo cotidiano. Sin embargo, con frecuencia vivimos como "sonámbulos" y así no escuchamos a Dios y no le respondemos.

Por ejemplo, mirando atrás en la semana pasada, me doy cuenta de que Dios me llamó a través de esa chica que trabaja como cajera que suspiró profundamente mientras me decía que tenía que trabajar durante las vacaciones de Acción de Gracias. Sin embargo, yo sólo estaba pensando en el entretenimiento que tenía delante de mí, y así no me detuve a escucharle o a darle las gracias por servirme a mí y sacrificar su familia.

Mirando hacia atrás en la semana pasada también me doy cuenta de que Dios me estaba llamando a través del don de una hermosa puesta de sol, y quería despertar mi corazón a la maravilla y la belleza de su creación, pero yo estaba tan concentrado en llegar a mi destino rápidamente que solo le di una mirada fugaz.

De hecho, me doy cuenta de que, al igual que Joe, estoy contento de pasar gran parte de mi tiempo sin poner atención a lo que realmente está sucediendo en el mundo que me rodea. Permanecer despierto, estar alerta a la llamada de Dios a cada uno de nosotros a través de diferentes eventos y personas, y en una variedad de lugares significa que nos esforzamos por llegar a ser como la madre de un bebé recién nacido. Durante este tiempo de Adviento oremos por el don de un sexto sentido que nos permita estar atentos a escuchar la llamada más débil de Dios y responder a ella de inmediato, al igual que Elena aprendió a hacer por sus seres queridos.

 

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